Patricio Guzmán realizó en 2019 una película que desvela la memoria de Chile y su presente. Guzmán fue detenido político después del golpe de Estado de 1973, cuando Augusto Pinochet tomó el poder, pero consiguió exiliarse.
El testimonio de un pasado íntimo
Los fantasmas del período Pinochet se despiertan en el documental La Cordillera de los sueños, la memoria del pasado chileno hace eco al presente. Este documental franco-chileno fue nominado a los César de las mejores películas documentales en 2020.
En ella el realizador comparte sus emociones como en una imagen poderosa: en un plano lento se descubre la fachada de una casa, poco a poco la cámara sube para filmar las ruinas. Solo tiene cuatro paredes. « Con mi cámara puedo filmar las ruinas de mi infancia », dice la voz en off del cineasta, y sus silencios hablan de un pasado doloroso.
Desde hace más de 40 años, Guzmán habla de su relación con su tierra natal en sus películas. La cadena montañosa se ha convertido en una metáfora de lo inmutable, de lo que él pensaba perdido y de lo que lo habita. Se convierte en la Cordillera de los Sueños porque le hace sumergirse en sus recuerdos, es un viaje introspectivo por los valles de los Andes.
Cuando la geografía encierra una historia
Al principio de la película, el director interroga a algunos artistas sobre su relación con la Cordillera de los Andes, gran cadena montañosa mítica. Nos muestra las cicatrices de la historia de su país a través de las grietas que hay en la montaña. Explica que su generación estaba demasiado ocupada en crear una nueva sociedad para observar. Creciendo aprendió a mirarlo y le permitió entender el Chile de hoy en día. Todo está escrito en los adoquines de las ciudades que están grabados con los nombres de muertos políticos, ejecutados bajo el régimen de Pinochet. Estas piedras extraídas de la roca de la cordillera, Guzmán las conecta con su infancia y su inocencia, porque son las piedras de su juventud, y luego las conecta con la guerra y los horrores que han pisado el suelo. La visión de los adoquines es una escena muy conmovedora.
Su generación estaba demasiado ocupada en crear una nueva sociedad para observar.
Imágenes del pasado para hablar del presente
Guzmán utiliza imágenes de archivo filmadas por Pablo Salas y su propia voz se hace más discreta. Salas cuenta su trabajo como cineasta y camarógrafo, explica cómo filmaba entonces y cómo lo hace hoy. El paralelismo entre los archivos de la represión y las imágenes de Salas filmando las manifestaciones muestra tanto el pasado como el presente de Chile. Es del Estallido Social. El resultado de esta sublevación, que tuvo lugar entre 2019 y 2021 en Chile, fue un proyecto de Constitución y nuevas elecciones. Resulta muy interesante ver que el gobierno de la época guardó silencio sobre los horrores de su pasado, calificándolos de « errores ». Salas lo denuncia en voz alta. Todas sus imágenes son archivos testigos de una historia imposible de borrar.
Un documental comprometido
El escritor Jorge Baradit, denuncia frente a la cámara la realidad de un pasado tabú. Explica que la estabilidad económica actual se basa en las muertes del pasado, del régimen de Pinochet. Luego, Guzmán muestra y cuenta cómo el Chile está siendo vaciado de sus recursos por trenes que extraen de las minas y exportan las riquezas nacionales. Conmovedora, íntima y comprometida, La Cordillera de los sueños es una película documental que hay que ver para comprender la historia de Chile y su presente. Se compromete porque no solo denuncia el régimen de Pinochet, sino también sus repercusiones sobre el presente. Es sobre todo una película importante para la memoria del país. Nos recuerda que aún hoy el golpe de Estado de 1973 tiene repercusiones en la vida de los chilenos.